Cuidados para la piel del diabético
La diabetes puede dañar la piel de dos maneras.
Cuando los niveles de glucosa en la sangre son altos, el cuerpo pierde líquido y la piel puede ponerse seca. La piel seca puede dar comezón y, al rascarse, puede causarle dolor. La piel seca se puede partir y esto permite la entrada de microbios que causan infección. El exceso de glucosa alimenta los microbios y hace que la infección empeore. La piel de las piernas, de los pies, de los codos y de otras partes pueden resecarse.
El daño a los nervios puede reducir la cantidad de sudor. El sudor ayuda a mantener la piel suave y húmeda. Una reducción de la cantidad de sudor en las piernas y los pies puede resecar la piel.
¿Qué puedo hacer para cuidarme la piel?
- Después de lavarse con un jabón no irritante, asegúrese de enjuagarse y secarse bien. Seque bien los lugares donde el agua puede esconderse, como debajo de los brazos y los senos y entre las piernas y los dedos de los pies.
- Después de lavarse, use una crema humectante para mantener la piel húmeda. Pida al médico o farmacéutico que le recomiende una crema de ese tipo.
- Beba mucho líquido, como agua, para que la piel esté húmeda y sana.
- Use ropa interior de algodón puro. El algodón permite que el aire circule mejor entre la ropa y la piel.
- Revísese la piel después de lavarse. Asegúrese de que no tenga áreas secas, rojas o doloridas que puedan infectarse.
- Hable con el médico si tiene algún problema de la piel.
Cuidado de los pies en caso de diabetes
La diabetes puede causar problemas en sus pies; incluso una pequeña cortada puede tener consecuencias serias.
La diabetes puede causar daños en los nervios, lo cual reduce la sensibilidad en los pies.
La diabetes también puede reducir el flujo de sangre a los pies, de modo que una herida puede demorar más tiempo en sanar o bien una infección puede ser más difícil de combatir.
A raíz de estos problemas, es posible que usted no perciba algún objeto extraño en su zapato; éste podría causar una ampolla o una ulceración y finalmente una infección crónica que concluya en la amputación del pie o incluso de la pierna.
- Revise sus pies diariamente. Que no tengan heridas, ampollas, enrojecimiento, hinchazón o problemas de uñas.
- Lave sus pies en agua tibia (¡nunca caliente!). Mantenga los pies limpios lavándolos diariamente. Séquelos sin frotar.
- Humecte los pies evitando la zona entre los dedos. Utilice una crema hidratante diariamente para evitar que la piel seca cause escozor o que se agriete. Pero NO aplique crema hidratante entre los dedos; esto podría causar una infección por hongos.
- Corte las uñas con cuidado. Córtelas en forma recta y despunte las esquinas. No las recorte demasiado ya que eso podría causar que la uña se encarne.
- Nunca se corte los callos ni las callosidades. No realice “cirugías de cuarto de baño”
- Use medias limpias y secas. Cámbielas todos los días. Evite las medias con elásticos apretados, ya que reducen la circulación.
- Use medias en la cama. Si se le enfrían los pies durante la noche, use medias. NUNCA use almohadillas eléctricas o bolsas de agua caliente.
- Antes de ponerse los zapatos, sacúdalos y revíselos por dentro. Recuerde: es posible que no sienta una piedra en el zapato, por lo tanto sacúdalos antes de ponérselos.
- Mantenga los pies secos y abrigados. No deje que se le mojen los pies en la nieve o en la lluvia. En invierno use medias y zapatos abrigados.
- Nunca camine descalzo. ¡Ni siquiera en casa! Siempre use zapatos o pantuflas. Podría pisar algo que lo lastime o corte.
- Controle su diabetes. Mantenga bajo control sus niveles de azúcar en la sangre.
- No fume. El fumar restringe la circulación de la sangre a los pies.
- Consulte a su pedicuro matriculado periódicamente. Hágase revisar regularmente los pies por un médico especialista en pie y tobillo, quien lo ayudará a prevenir las complicaciones que causa la diabetes en los pies.
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